martes, 19 de enero de 2010

Capítulo V Sweezy

Para Sweezy, el concepto de “Reproducción Simple” hace referencia al capitalismo. La Reproducción Simple se fundamenta en el consumo. Para que el sistema capitalista se mantenga es necesario que los obreros consuman todo su salario y que los capitalistas hagan uso de toda su plusvalía en el consumo.


Paul Sweezy hace una división de la producción. Y la divide haciendo de la producción dos categorías diferenciadas: Por un lado los medios de producción y por otro los artículos de consumo. Es decir, la propiedad de los capitalistas y en segundo lugar los elementos a consumir por el proletariado.

Con el ingreso, el autor, hace una clasificación similar, es decir, la divide entre el capitalista y el proletariado. Por un lado, el capitalista tiene que gastar su ingreso (plusvalía) en medios de producción aunque el capitalista es libre de gastarlo pero debe gastarlo siempre que quiera mantener su posición. Mientras que el trabajador debe gastar su ingreso (salario) en los bienes de consumo, algo de lo que no es realmente libre, pues siempre estará obligado a consumir para satisfacer sus necesidades.

La acumulación (en términos marxistas) de capital es la base del desarrollo del sistema capitalista. El objetivo es incrementar el capital que un capitalista posee, al fin y al cabo, que su patrimonio sea mayor y/o valga más. Y esto debe ser un proceso de repetición para así incrementar cada vez más el valor de su capital.

El capital, al contrario que la fuerza de trabajo, se puede medir, es decir, tiene una magnitud y por ello es susceptible de ser valorado de una forma objetiva (desde una óptica capitalista). Por ello, entre los capitalistas, se diferencian por el valor de sus propiedades, de la misma forma que unos pájaros tienen más poder en la bandada por el color de sus plumas. Pero al contrario que los pájaros, los capitalistas, pueden variar su posición dentro de su escala de poder en función de si amplían su capital o en cambio, pierden capital.

El capitalista no debe cesar en su consumo con el objetivo de acumular, ya que debe aumentar su capital gracias a la plusvalía sin cesar de consumir. Es decir, el capitalista está obligado, en teoría, a mantener un equilibrio para no abstenerse ni de consumir ni de aumentar su riqueza.

Por otra parte, la fuerza de trabajo no es un “bien” que ningún capitalista pueda producir. En el capitalismo (siempre y cuando esté completamente desregulado), la oferta y la demanda es un mecanismo que no funciona en lo referido a la fuerza de trabajo.

Marx propone un “ejército de reserva del trabajo” o, lo que también llamó “población excedente relativa”. Esto consiste en un que los obreros desocupados ejercen presión constante para la bajada del salario.

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