Capítulo III Sweezy
Dado que los resumenes de Sweezy como marca el programa son grupales, hemos decidido hacerlos en común el grupo de trabajo que formamos para la asignatura habiendonos repartido equitativamente las lecturas.
Aquí pongo el de la lectura 3:
El Problema del valor cuantitativo En toda sociedad, desde la más primitiva hasta la más avanzada, es esencial que el trabajo se aplique a la producción y que los productos sean distribuidos entre los miembros de la sociedad. Lo que cambia en el curso de la historia es el modo de organizar y llevar a cabo estas actividades de producción y distribución.
Las mercancias se cambian unas por otras en el mercado en ciertas proporciones precisas, absorben también cierta cantidad precisa de la fuerza de trabajo disponible en la sociedad. Marx supone que existe una correspondencia exacta entre las proporciones del cambio y las proporciones del tiempo de trabajo. Tenemos que introducir desde leugo dos calificaciones obvias.
1) No es cierto que si el valor de una mercancia es determinado por la cantidad de trabajo empleado en ella, mientras más perezoso e inhábil fuese el trabajados, más valioso sería el producto porque mayor sería el tiempo empleado en su producción.
2) El trabajo más calificado que el trabajo medio debe tener, correlativamente, una mayor capacidad de producir valor. La relación entre los dos tipos de trabajo es teóricamente susceptible de medición independiente de los valores de mercado de sus productos. Hay aquí dos posibilidades, o bien el trabajador calificado es más proficiente por una habilidad natural superior, o bien el trabajador calificado es más proficiente por su entrenamiento superior. Si la diferencia entre dos obreros es una cuestión de habilidad natural, la regla es que la superioridad del más diestro se manifiesta independientemente de la linea de producción en que pueda ser empleado. Si, por otra parte, la diferencia entre dos obreros es una cuestión de entrenamiento, entonces es claro que el obrero superior emplea en la producción no sólo su propio trabajo, sino también, indirectamente, aquella parte del trabajo de sus maestros a la cual se debe su productividad superior. En la práctica, las diferencias en pericia pueden ser el resultado de una combinación de diferencias de habilidad y diferencias en entrenamiento. Estos casos más complejos no presentan nuevas cuestiones de principio y se les puede tratar de acuerdo con los métodos que se han esbozado para los dos casos básicos.
Los críticos de la teoría del valor de Marx han sostenido siempre que la reducción del trabajo calificado a trabajo simple implica el razonar en un círculo vicioso. El argumento parece ser que la mayor capacidad del obrero más calificado para crear valor se deduce del mayor valor de su producto.
El papel de la competencia
Veamos, primero bajo qué condiciones las proporciones del cambio corresponderían exactamente a las proporciones del tiempo de trabajo. Los cazadores de Adam Smith son lo que Marx hubiera llamado productores simples de mercancías. Los cazadores deben tener el deseo y la posibilidad de competir libremente por cualesquiera ventajas que puedan presentarse en el curso del cambio, transfiriendo su trabajo de una línea de producción a otra. Dada esta clase de competencia en una sociedad de producción simple de mercancías, la oferta y la demanda estarán equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía se proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla.
El papel de la demanda
A Marx se le acusa a menudo de haber ignorado el papel de la demanda, en el sentido de las necesidades y los deseos de los consumidores, en la determinación de las relaciones de valor cuantitativo. Cuando se concibe el problema en una forma tan amplia, no se puede prescindir ya de las demandas del consumidor. Asi es que si se desea conocer tanto la proporción del cambio como la distribución del trabajo, es necesario contar con dos clases de información:
1) La información sobre el costo relativo en trabajo.
2) La información sobre la intensidad relativa de la demandad de uno y otro.
Dadas estas dos clases de información , es posible determinar lo que puede llamarse el equilibrio económico general de la sociedad en cuestión.
Si Marx reconocí tan claramente el papel que juega la demanda en determinar la asignación del trabajo social, bien se puede preguntar por qué, en el conjunto de su teoría sistemática, se ocupó de este factor tan breve y aun pudiera decirse casualmente, por qué no trabajó en la dirección de sus contemporáneos, Jevons, Waltras y Menger, en la elaboración de una teoría de la opción de los consumidores. Hay dos razones fundamentales que explican el visible desdén de Marx por este problema.
1) En primer lugar, bajo el capitalismo la demanda efectiva es sólo parcialmente una cuestión relativa a las necesidades de los consumidores.
2) Del lado de la demanda una magnitud precisa de necesidades sociales que requiere para su satisfacción una cantidad precisa de ciertos artículos en el mercado. Pero la cantidad que estas necesidades exigen es muy elástiva y cambiante.
En la medida en que se acepta la proposición de que la demanda del mercado está dominada por la distribución del ingreso, parecería que no podemos escasar del todo a la conclusión de que los problemas del valor deben ser abordados por la vía de las relaciones de producción. Esta claro que Marx pensaba que las necesidades de los consumidores entran en la categoría de elementos reactivos de la vida social.
“La ley del valor VS Principio de planeación”
Lo que Marx llamaba la ley del valor resume las fuerzas actuantes de una sociedad productora de mercancías, que regula:
a) las proporciones del cambio de mercancías, que regula.
b) La cantidad producida de cada una
c) La asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción.
Esto implica el que una de las principales funciones de la ley del valor es la de aclarar que en una sociedad productora de mercancías, a pesar de que las decisiones no se toman de una modo centralizado y coordinado, existe el otrden y no simplemente el caos.
En la medidad en que la asignación de la actividad productiva es sometida a un control cosciente, la ley del valor pierde su pertenencia y su importancia, el principio de la planeación la sustituye. En la economía política de una sociedad socialista la teoría de la planeación debería ocupar la misma posición básica que la teoría de la planeación debería ocupar la misma posición básica que la teoría del valor en la economía política de una sociedad capitalista. El valor y la planeación son tan opuestos entre sí como el capitalismo y el socialismo, y por las mismas razones.
El valor y el precio de producción
El precio es tan sólo la expresión monetaria del valor. Los precios de producción son modificaciones de los valores.
Precio de monopolio
La introducción de elementos de monopolio en la economía dificulta, por supuesto, el funcionamiento de la ley del valor como reguladora de las relaciones cuantitativas de producción y de cambio, el control de la oferta por el monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda. En este caso, por consiguiente, la demanda adquiere una significación especial, y tanto el precio como la cantidad productiva y en consecuencia, también la asignación del trabajo son diferentes de lo que serían en un régimen de competencia. Las discrepancias entre el precio de monopolio y el valor no están sometidas a ningunas reglas generales, las relaciones de valor cuantitativo son perturbadoras por el monopolio, las relaciones de valor cuantitativo, no. Este es un punto importante pues quiere decir que aun bajo condiciones de monopolio podemos seguir midiendo y comparando mercancías y conjuntos de mercancías en términos de unidades de tiempo de trabajo,a pesar del hecho de que las relaciones cuantitativas precisas implicadas en la ley del valor han dejado de se válidas.
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